Geografía
El departamento de Ahuachapán es el más occidental de
los 14 departamentos en los que está dividida la República de El Salvador. Su
cabecera, la ciudad de Ahuachapán se encuentra a 100 km de San Salvador
(capital de la república). El departamento tiene una extensión de 1.239,60 km².
Lugares
Turísticos
Termales de
Santa Teresa
un paraíso relajante y mágico
Localizado en Ahuachapán,
Termales de Santa Teresa es un sitio compuesto por cinco piscinas de aguas
termales con temperaturas entre los 35 y los 39 grados centígrados, ideales
para relajarse y establecer un contacto casi mágico con la naturaleza.
Visitar Termales de
Santa Teresa es vivir una experiencia única, ya que al sumergirse en sus
cálidas aguas se logra una exquisita relajación. Sus piscinas, cada una con la
temperatura superior a la otra, partiendo de los 35 grados centígrados,
facilitan un baño tipo sauna y permiten disfrutar de un paradisíaco lugar,
colmado de abundante vegetación entre árboles de eucalipto, araucaria, nogal y
cortés blanco, además de cafetales; que proporcionan un agradable clima.
"Todos los que vienen y
entran a las piscinas pasan un día relajado y mejoran su ánimo, lo mejor de
todo es que al día siguiente se sentirán - y se verán también- mucho más
jóvenes", asegura Marco Batres, el propietario de este hermoso sitio. Las
cálidas aguas provienen de una de las fuentes de agua hirviendo generada por
Los Ausoles que se encuentran dispersos por la zona. Los lugareños aseguran que
los termales tienen poderes curativos, ya que alivian desde el estrés hasta
enfermedades como la artritis.
"Vienen
turistas todos los días, ya sea directamente aquí o luego de recorrer el bosque
El Imposible o la playa, llegan cansados y cuando se sumergen en las termales
relajan sus músculos y hasta se duermen como niños ", dice orgulloso el
señor Batres. Los termales están compuestos de cinco piscinas, casi todas de
poco profundidad, localizadas en la finca del mismo nombre, ahí también se
puede realizar un recorrido por los jardines de café y por los impresionantes
ausoles que rodean la propiedad, entre ellos el géyser más grande de toda
Centroamérica, según su propietario.
Laguna Verde
El volcán de la Laguna Verde Está ubicado entre las jurisdicciones de
Ahuachapán, Apaneca y Juayúa. Tiene dos eminencias: la occidental a 1699 mts.
De altura y la oriental a 1829 mts.
El volcán de Ahuachapán o La lagunita de 1781 mts. De
altura se alza a uno y medio km. al norte de la villa de Apaneca. Posee un
hermoso cráter de abruptas paredes de andesitas, cuyo fondo a 1670 mts. de
profundidad duerme la laguna de las Ninfas. En 1859 se iniciaron los trabajos
para llevar sus aguas a la población de Apaneca y durante más de un siglo
estuvo en servicio ese sistema de abastecimiento del precioso líquido. Se llama
así porque está cubierta de ninfas y tiene una superficie de 600 mts.
Cuadrados. Una despejada franja cubierta de hierbas y flores en el espacio que
rodea a la laguna permite a los turistas disfrutar de picnics y acampar, al
tiempo que se observa el verde reflejo de la vegetación circundante en las
aguas de la laguna. También es un buen lugar para practicar la ornitología,
pues hay varias especies de aves que anidan en los juncales a la orilla de la
laguna.
Laguna del Espino
La Laguna el Espino,
antiguamente llamada Huitziapan o Laguna de Las Espinas, se ubica en el km 100
de la Carretera Internacional de Ahuachapán hacia la frontera, aproximadamente
a 3 kilómetros de la ciudad. Posee una extensión de 128 manzanas y se trata de
un recipiente natural que se formó hace muchos años, en ella nacen caracoles,
abunda la ninfa y desde la carretera luce azulada adornando el paisaje por el
brillo que refleja en medio de los cerros que la rodean y le invitan
automáticamente a conocerla. Nosotros visitamos el hotel y restaurante El Gran
Rancho, ubicado en la ribera de la laguna, donde uno come sobre las aguas con
un constante movimiento, pero disfrutando de una vista y una brisa inigualable,
además hay para los visitantes lanchas para recorrer la laguna. Existen como en
toda laguna, historias de misterios y encantos que cuentan los habitantes del
lugar, como por ejemplo que a medianoche se aparece un lagarto gigante en el
fondo de la laguna; otros dicen que se trata del monstruo que reina en el
lugar. Para dar fe a sus historias agregan que han aparecido algunas personas
mordidas por este animal. También tiene su valor en la historia saber que entre
este depósito de agua y la ciudad de Ahuachapán se libró la primera batalla de
la historia de Centroamérica independiente, la batalla de Llano El Espino, el
12 de marzo de 1822, ganada por los salvadoreños comandados por Manuel José
Arce quien venció al ejército guatemalteco que era liderado por el sargento
mayor Nicolás Abos Padillas. Esto y más hacen interesante conocer esta laguna
si es en invierno cuando se sale hasta unos ocho metro de su cauce, mientras
que en verano las playas quedan descubiertas y es allí donde algunos lugareños
aprovechan para sembrar hortalizas, como pepino y rábano. Uno de los atractivos
más llamativos es la presencia de garzas blancas al costado norte de la laguna
durante los meses de verano. , antiguamente llamada Huitziapan o Laguna de las
espinas, es una laguna ubicada en el departamento salvadoreño de Ahuachapán.
Llamada Huitziapan o Laguna de las espinas, es una laguna ubicada en el departamento
salvadoreño de Ahuachapán.
El parque
nacional El Imposible
El Imposible está ubicado en
el departamento de Ahuachapán, en suroeste de El Salvador, entre las
municipalidades de San Francisco Menéndez, Concepción de Ataco y Tacuba, en el
extremo occidental de la sierra de Apaneca-Lamatepec. Con un área aproximada de
4,000 hectáreas (5,720 manzanas). La topografía es extremadamente inclinada y
accidentada, con muchos farallones. Con elevaciones que van desde los 250
metros sobre el nivel del mar en San Francisco Menéndez, hasta 1,425 metros en
Cerro Campana. Ocho ríos tienen su origen en el parque, los más importantes son
el Guayapa, el Cara Sucia y el San Francisco. Los ríos más pequeños son el
Ahuachapio, el Ixcanal, el Maishtapula y el Mixtepe. Los ríos fluyen hacia el
sur más o menos 15 km hacia la Barra de Santiago, otra área natural de gran
importancia económica y ecológica para El Salvador.
El Parque Nacional El
Imposible es un Bosque Tropical de Montaña de la vertiente pacífica mesoamericana,
y el último refugio de muchas especies de animales y plantas que están
amenazadas o en peligro de extinción en El Salvador. Creado en marzo de 1989,
este parque de 3,800 ha es ampliamente reconocido por su riqueza biológica y
cultural, su interrelación ecológica con las áreas naturales costeras de Santa
Rita, Laguna Gamboa y el bosque saldo de Barra de Santiago, así como por su
importancia económica para las comunidad vecinas de los Municipios de San
Francisco Menéndez y Tacuba, Departamento de Ahuachapán, en el sur occidente de
El Salvador. Su rango altitudinal (de los 300 a 1,4520 msnm) y topografía
accidentada han dotado a
El Imposible de una belleza singular que son la causa
de su característico nombre. Cuentan los lugareños que a principios del siglo
XX, los caficultores transportaban su café a lomo de mula, desde las fincas del
norte hacia el Puerto de Acajutla. Pero existía una barranca entre dos montañas
donde se interrumpía el paso. Allí, los arrieros construían precarios puentes,
que en muchas ocasiones no soportaron la carga y se derrumbaron, arrastrando a
bestias y humanos hacia el precipicio. E
Barra de Santiago
La Playa de la Barra de Santiago está situada en el
departamento de Ahuachapán, con una ubicación que permite el contacto con el
océano y el estero.
Aquí los visitantes pueden
disfrutar de frescos y variados frutos del mar, que se ofrecen en pequeños
negocios. Por el lado del estero, las aguas son ideales para practicar la
natación, el kayaking, el velerismo y el ski acuático. Además, cuando hay marea
alta, se puede ir mar adentro a través de la bocana de El Zapote.
Queda ubicado al sudoeste de San Salvador y por la Carretera
Litoral. Abunda la pesca y la navegación en canoas o cayucos impulsados a vara
que constituye un paseo inolvidable. Si vives afuera de El Salvador y estas
pensando viajar al país esta playa seria buena buena recomendación para que la
visites.
Está unida a
ella por carretera del litoral. Abunda la pesca y la navegación en canoas o
cayucos impulsados a vara que constituye un paseo inolvidable. Los ranchos de
los lugareños alternan con las casas particulares y de veraneo con todas las
comunidades. Esta región anegada el 15 de febrero de 1902 por un maremoto que
redujo tres olas de 8 a 10 mts. De altura, aun existe el viejo almendro que
sobrevivió a aquella catástrofe.
Los lugareños relatan la leyenda de “Chasca”, la diosa de la
pesca, princesa bella y encantadora que se enamoró del príncipe Acayet. EL
padre de la joven Pachacuet mandó a matar al pretendiente, asesinado éste,
Chasca inconsolable se lanzó en la profunda poza de la Barra de Santiago y
nunca más se supo de ella. Sin embargo, en ciertas noches aparece bogando en
una canoa blanca, señal de buena pesca. Los lugareños entonces entonan estos
versos:
“Pescador salió la luna
Desenvuelve tu atarraya
Esta noche es de fortuna
Pues ya viene la hermosa canoa blanca
No temas, Chasca es buena,
No hay quien sea como Chasca”.
Concepción
de Ataco
Concepción de Ataco está
localizado en el departamento de Ahuachapán, a 1275 m SNM, en una meseta de la
sierra Apaneca-Lamatepec y se encuentra a solo 5 kilómetros de Apaneca.
El silencioso y acogedor pueblo de Ataco pinta de muchos
colores y es que al caminar en sus calles adoquinadas verá en cada lado, en
cada esquina, una diversidad de negocios, restaurantes, cafés, ventas de artesanías,
y otros que están pintados y decorados de una forma muy alegre, pero de forma
armoniosa. Por la noche parece ser un destino cosmopolita, preparado para
acoger a turistas y visitantes de gustos muy exigentes, ya que es un digno
sitio que combina nuestras raíces y momentos de disfrute de la mejor comida y
el entretenimiento.
Como parte de las ciudades que conforman la Ruta de las
Flores, Ataco ofrece un contacto cara a cara con la naturaleza y ofrece
actividades similares a las de los pueblos aledaños, como festivales
gastronómicos.
Ataco se ha convertido en un
destino auténtico, más elaborado y muy rico en cultura, pero también tiene
toques de comodidad y modernidad. Hoteles con espíritu de casa de familia o
sitios para hospedarse que dan la oportunidad de acercarse al corazón del
campo, a través de visitas a beneficios de café o cabalgatas en medio de
bosques, permiten acoger a quienes desean pasar uno o varios días en el sitio.
Restaurantes y cafés de primera invitan a tomarse un buen vino, un café de olla
o un exquisito refresco, acompañados de un platillo típico o de un menú
internacional.
Galerías de arte y centros de artesanías con una amplia
gama de detalles que impresiona y seducen, completan el rompecabezas de las
calles empedradas, los faroles, las casas de llamativas tonalidades y las
bancas dispersas por el pueblo, esperando a quienes quieren ver pasar la vida
desde otra perspectiva.
Reconocido desde siempre por sus telares de palancas y
por sus ebanistas, expertos en transformar la madera en delicadas figuras
religiosas, y ese aire de antaño que lo distingue del resto de pueblos que
forman la Ruta de las Flores. Para conocer y disfrutar al máximo de Concepción
de Ataco es necesario hacer un recorrido sin prisas, porque cada rincón del
pueblo tiene ese toque especial que alimenta los sentidos. Un paseo entre sus
calles es remontarse a épocas pasadas, con sus casas de arquitectura colonial y
grandes balcones. Pero no hay ningún vestigio más imponente que su iglesia,
edificada en el siglo XIX, aunque remodelada en el 2001.
Leyenda
LEYENDA: Chasca, la virgen
del agua
Con su vestido de plumas es la eterna nota blanca de La
Barra.
Chasca era la Diosa de los pescadores. Salía en la Barra de
Santiago, en las noches con luna, remando sobre una canoa blanca. La acompañaba
Acayetl, su amado. La pesca abundaba en esas noches. Aún hoy día se la
recuerda.
Fue en un tiempo lejano. En la Barra vivía Pachacutec, un
viejo rico, pero cruel. Tenía una hija prometida por él a un príncipe zutuhil.
Se llamaba Chasca y era bella.
Un día ella conoció a un pescador, apuesto mancebo a quien
llamaban Acayetl. Vivía en la isla del Zanate. Y se amaron. Pero Pachacutec se
opone a ese amor. Sin embargo, todos los días, cuando el sol abría los ojos
tras la montaña, ella escapaba de la choza, situada entre un bosquecito de
guarumos, y se iba a la playa, donde Acayetl desde su balsa cantaba dulces
canciones. Pero una mañana fue triste. La poza del Cajete amanecía dorada por
el sol. Un viento frío que se arrastraba raspando los piñales vecinos, olía a
mezcla. Triste y fría, triste y callada; triste y solitaria; así estaba la poza
del Cajete. De pronto una canoa apareció. Era Acayetl. Corría, y ya se acercaba
a la playa, cuando entre los juncos de la orilla un hombre oculto disparó una
flecha.
Era un enviado de Pachacutec. El pescador cayó muerto. Y cuando el mar
se estaba poniendo rojo, una mujer gritó en la playa. Era Chasca. Corrió loca
en su dolor. Poco después volvía con una piedra atada a la cintura y se lanzó
al agua. El mar tiró sus olas sobre el cuerpo de la virgen. Cuando Pachacutec
murió era una noche de luna. Entonces se apareció por primera vez Chasca, en su
canoa hecha de una madera blanca, al lado de Acayelt. En el paisaje de arena y
sal, sobre el fondo negro del monstruo que se agita, a la luz serena de la luna
llena, Chasca con su vestido de plumas es la eterna nota blanca de la Barra.